FASCITIS PLANTAR

La fascitis plantar es una afección común que afecta a la fascia plantar, una banda de tejido conectivo que se extiende desde el talón hasta los dedos del pie. Aunque frecuentemente se le llama incorrectamente «fascitis plantar», este término es inapropiado, ya que «fascitis» implica inflamación aguda, mientras que la fasciopatía plantar se caracteriza por un daño degenerativo en la fascia debido al uso excesivo o tensiones repetitivas.


¿Qué es la fasciopatía plantar?

La fasciopatía plantar ocurre cuando la fascia plantar sufre microdesgarros y degeneración debido a sobrecarga o estrés continuo. Esta condición no es meramente inflamatoria; por eso el término «fascitis» no refleja con precisión el proceso fisiológico que la causa.

Aunque es más frecuente en corredores, atletas y personas que pasan mucho tiempo de pie, también puede afectar a quienes tienen un calzado inadecuado o biomecánica deficiente en los pies.


Síntomas de la fasciopatía plantar

Los síntomas más comunes incluyen:

  1. Dolor en el talón: Especialmente intenso en la primera pisada de la mañana o después de periodos de descanso.
  2. Rigidez: Una sensación de tensión en la planta del pie que mejora con el movimiento.
  3. Dolor al caminar: Este aumenta con la actividad prolongada, especialmente en superficies duras.
  4. Sensibilidad: Molestia al presionar la parte inferior del talón.

Diagnóstico de la fasciopatía plantar

Un diagnóstico correcto es clave para diferenciar la fasciopatía de otras afecciones del pie. Este proceso suele incluir:

  1. Historia clínica: El podólogo revisará los síntomas, antecedentes y actividades que puedan estar contribuyendo al problema.
  2. Examen físico: Incluye presionar áreas específicas del pie para localizar el dolor y evaluar la movilidad.
  3. Exploración biomecánica: Te linkeamos a un artículo donde te explicamos esta prueba más exhaustivamente.
  4. Pruebas de imagen: En casos más complejos, se puede usar la radiografía, la ecografía o resonancia magnética para evaluar el estado de la fascia y descartar otras patologías.

Tratamientos para la fasciopatía plantar

El manejo de esta condición incluye medidas no invasivas, tratamientos fisioterapéuticos y, en casos graves, intervenciones quirúrgicas.

1. Tratamientos conservadores

  • Reposo: Reducir las actividades que agraven el dolor.
  • Calzado adecuado: Usar zapatos con buen soporte y amortiguación.
  • Ortesis o plantillas: Ayudan a corregir la biomecánica y redistribuir la presión.
  • Ejercicios de estiramiento: Estirar la fascia plantar y los músculos de la pantorrilla para aliviar la tensión.
  • Aplicación de frío: Reduce la sensibilidad y promueve la recuperación.

2. Fisioterapia como tratamiento coadyuvante

  • Técnicas como la movilización de tejidos blandos y el uso de ultrasonido pueden acelerar la recuperación.
  • Ejercicios de fortalecimiento para los músculos del pie y la pierna.

3. Otros tratamientos 

  • Terapia con ondas de choque: Estimula la regeneración del tejido.
  • Infiltraciones: Se pueden usar corticoides o plasma rico en plaquetas (PRP) en casos avanzados.

4. Cirugía

Solo se recomienda si los tratamientos conservadores fallan tras varios meses.


Prevención de la fasciopatía plantar

  1. Estiramientos regulares: Antes y después de la actividad física.
  2. Fortalecimiento del pie: Ejercicios como recoger objetos con los dedos de los pies.
  3. Uso de calzado adecuado: Evitar zapatos planos y optar por aquellos con soporte.
  4. Evitar superficies duras: Especialmente durante actividades prolongadas.

La fasciopatía plantar puede ser molesta, pero con un diagnóstico adecuado y tratamientos específicos es posible aliviar los síntomas y prevenir su recurrencia. Recuerda que no es simplemente una «fascitis», sino un problema más complejo relacionado con el uso excesivo de la fascia plantar. Si experimentas molestias, consulta a un profesional para recibir un tratamiento adecuado y evitar complicaciones.

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